Inteligencia emocional: cómo manejar el estrés y la ansiedad

En la preparatoria, los estudiantes se enfrentan a nuevos retos: tareas, exámenes, proyectos y la presión de tomar decisiones importantes para su futuro. Es normal que en este proceso aparezcan el estrés y la ansiedad, pero lo importante es aprender a manejarlos de manera saludable. Aquí es donde entra en juego la inteligencia emocional.

¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer, entender y gestionar nuestras emociones, así como las de los demás. No se trata de “no sentir”, sino de aprender a identificar lo que sentimos y canalizarlo de forma positiva.

Estrés y ansiedad: ¿cómo se manifiestan?

El estrés y la ansiedad son respuestas naturales del cuerpo, pero cuando se intensifican pueden afectar la concentración, el rendimiento académico y hasta la salud física. Algunos síntomas comunes son:

  • Preocupación constante.

  • Dificultad para dormir.

  • Dolor de cabeza o malestar estomacal.

  • Irritabilidad o falta de paciencia.

Estrategias para manejarlos con inteligencia emocional

  1. Respira y haz una pausa
    Cuando sientas que la presión aumenta, practica la respiración consciente: inhala profundo, retén unos segundos y exhala lentamente. Esto ayuda a calmar el sistema nervioso.

  2. Identifica tus emociones
    Pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo ahora? ¿Estrés, miedo, frustración? Reconocer la emoción es el primer paso para gestionarla.

  3. Organiza tu tiempo
    Una agenda o calendario puede ayudarte a distribuir mejor tus actividades y evitar la saturación.

  4. Busca apoyo
    Hablar con un amigo, un profesor o un familiar puede brindarte nuevas perspectivas y alivio emocional.

  5. Practica actividades relajantes
    Ejercicio, música, lectura o incluso un paseo pueden reducir la tensión acumulada.

  6. Sé amable contigo mismo
    Equivocarse es parte del aprendizaje. La autocompasión es clave para no dejar que el estrés se convierta en ansiedad.

El papel de la escuela y la familia

En Liceo Corregidora creemos que el aprendizaje va más allá de los libros. Padres, maestros y alumnos formamos un equipo para crear un ambiente donde el bienestar emocional sea una prioridad. Un estudiante emocionalmente fuerte no solo mejora su rendimiento académico, también desarrolla habilidades valiosas para toda la vida.